jueves, 20 de septiembre de 2012

DIÁLOGOS CON PILAR

Visita de Pilar Quintana
(Bitácora del sábado 15 de septiembre de 2012)
Por Claudia Lama A.



Sábado 15 de septiembre: decía mi horóscopo: “Conocerá personas interesantes y talentosas que le estimularán mentalmente. Favorable, en general, para estudio y educación. Se aplicará con seriedad”.  Y yo que leo los horóscopos, pero no les creo, me sorprendí.

¿Qiuén no quiere conocer a una mujer que un buen día decidió dejar atrás las comodidades de la ciudad para irse a vivir a la selva? Habrá quién no. A mí me intriga más esa decisión de Pilar Quintana, la historia detrás de una decisión semejante, que su obra literaria, lo confieso, que no conozco. ¿Cómo es una persona así? ¿Alguien como Buda o Jesucristo? ¿Viste con ropa extraña? ¿Come sólo vegetales crudos y tiene una parla obsesa con la Pachamama? No a todas las preguntas. Pilar Quintana es simplemente Pilar Quintana, un ser humano más complejo que un nombre, un oficio y la decisión de vivir en la selva; pero que llegó, al menos fue mi impresión, sin ninguna máscara a compartirnos parte de su experiencia como escritora. Y eso se agradece.
Pilar Quintana es menudita, pero su energía, su vitalidad, es enorme. Nos puso a trabajar a mil y sin darnos cuenta de la velocidad, un arte sin duda. Fue provechoso cada segundo de las cuatro horas disponibles para la sesión, en su mayor parte dedicada al diálogo.

La primera instrucción de Pilar Quintana fue acerca de la manera correcta de presentar nuestros escritos y diálogos:


·         Letra Times New Roman o Calibri, tamaño 12, a doble espacio.
·         La primera línea de un texto nunca va con sangría, pero a partir del segundo párrafo, las primeras líneas siempre van con sangría.
·         Existe el Guión y la Raya. Para los diálogos se utiliza la Raya (2014 alt X, según Antonio García quien visitó anteriormente nuestro taller en calidad de escritor asociado).
·         Ejemplo de diálogo:

—¿Cuándo vienes?

—Creo que el martes.

—¿Me lo prometes? —preguntó ella. 

—No puedo —respondió él—, no depende de mí.

—¿De quién depende? —preguntó ella.

—De mis jefes —dijo él—. Son ellos los que deciden.

—Son unos imbéciles. —Se levantó furiosa.

—Cálmate, por favor —Trató de tranquilizarla—. No te pongas así.

En este ejemplo notar que:

·         Cada línea de diálogo va en un nuevo párrafo
·         Si el verbo que sigue a la Raya es verbo del habla, empieza con minúscula, de lo contrario con mayúscula
·         El signo de puntuación precede a la Raya en una línea de diálogo si el personaje sigue hablando, como en: —De mis jefes —dijo él—. Son ellos los que deciden. Lo antecede si el personaje no sigue hablando: —Son unos imbéciles. —Se levantó furiosa.
·         El correcto uso de la Raya se puede consultar aquí


En consecuencia de lo anteriormente aprendido, el primer ejercicio de la sesión fue acotar formalmente los diálogos de un extracto de La caverna de José Saramago. El resultado del ejercicio  se puede descargar en este enlace.

La sesión continuó con la revisión de los cuentos enviados con anterioridad a Pilar. Rápidamente repasó los comentarios hechos a los cuentos y proyectados en el Video Beam, dirigiéndose en particular a cada uno de los autores presentes.

La sesión continuó con la lectura de “El diálogo no es una conversación”, extractos del libro “El guión” de Robert McKee. A partir de esta lectura extrajimos entre todos un decálogo del diálogo:

1.       El diálogo debe decir lo máximo con el menor número de palabras
2.       Debe llevarnos en una dirección
3.       Debe tener un  objetivo
4.       El lenguaje debe ser natural, adecuado a los personajes
5.       Frases cortas y de construcción sencilla
6.       Los diálogos no exigen frases completas. Pueden ser elípticos.
7.       Leer en voz alta los diálogos luego de escribirlos. Oírlos y ajustarlos al lenguaje verbal
8.       Evitar la retórica
9.       Fragmentar la conversación. Evitar el monólogo. Incluir pausas narrativas, pausas de silencio donde el personaje hace otra cosa.
10.   Sólo usar el diálogo cuando es absolutamente necesario, cuando no hay otra opción.


Al terminar el decálogo un compañero comenzó a dar ejemplos de textos en donde no se cumple a cabalidad este decálogo. La respuesta de Pilar Quintana fue tajante: primero hay que conocer las reglas para poder romperlas.

La sesión terminó con el ejercicio de identificar en el argumento de “Ladrón de sábado”, extracto de Cómo se cuenta un cuento, Taller de guión de Gabriel García Márquez; los episodios de la trama en los que es absolutamente necesario incluir un diálogo. Identificamos 6 momentos en la historia y a continuación nos dividimos en grupos para escribir los diálogos que luego serían escuchados por todos y comentados por Pilar.

Fue una sesión dinámica y divertida.  Además de todo lo anterior, aprendí que lo más importante de un texto literario es la historia que cuenta, sin ser menos importante la forma como se la cuenta. Y para eso estamos en el taller, para aprender a contar nuestras historias o las que nos obsesionan, que pueden ser tan fascinantes como el momento en el que una mujer decide irse a vivir a la selva o tan en apariencia simples como la de una mujer que va a comprar un par de huevos a la tienda.

Y tú, ¿qué más aprendiste?

sábado, 8 de septiembre de 2012

DOS EXCELENTES NOTICIAS

La primera tiene nombre propio: Claudia. Claudia Lama Andonie, quien a comienzos de la presente semana fue designada ganadora del Concurso de Cuentos RELATA 2012, en la modalidad de asistentes a talleres. Este premio constituye una reconfirmación del talento y el trabajo de una de las integrantes de nuestro taller más dedicadas. Y es una reconfirmación porque el trabajo de Claudia ha sido merecedor de publicaciones en páginas de importantes medios como la revista Cambio, El Heraldo Dominical, y en la antología 2011 de RELATA. Pero, para que no haya lugar a equívocos, citamos las palabras manifiestas por Roberto Burgos Cantor, Miguel Ángel Manrique y Jorge Franco Ramos al argumentar el fallo mediante el cual se designo el cuento "Un par de huevos" como merecedor del primer premio: "porque es un cuento que a partir de una situación anodina logra complejizar la historia con una narración fluida, no exenta de humor y con ciertas destrezas en el manejo del tiempo". El cuento de Claudia aparecerá publicado en la Antología RELATA 2012.

La segunda es la visita que realizará la escritora caleña Pilar Quintana a nuestro taller el próximo fin de semana. Pilar es autora de las novelas Cosquillas en la lengua (2003), Coleccionistas de polvos raros (2007) y Conspiración Iguana (2009), con la segunda de las cuales obtuvo en 2010 el premio La mar de las letras en Cartagena, España. El día viernes, 14 de septiembre, Pilar disertará acerca de la novela y el cuento a partir de un sugestivo título: "De canguros y ualabíes". Esta charla, abierta al público, se llevará a cabo a las 6:30 P. M. en el Teatro Amira de la Rosa. El día sábado, la escritora se referirá a los trabajos de los integrantes del taller y estudiará con nosotros el tema del diálogo en las narraciones. Pilar también visitará el Taller Maskeletras el día viernes.


jueves, 6 de septiembre de 2012

VERDAD E INVEROSIMILITUD


Por Indhira Prego
(Bitácora del sábado 25 de agosto de 2012)

Al entrar encontré, para mi sorpresa, que mis compañeros estaban enfrascados en un debate sobre una violación. Unos minutos después pude discernir que la discusión partía de un texto de la escritora Pilar Quintana, quien está próxima a visitar nuestro taller.

Se cuestionaba la verosimilitud del relato, en particular cuando alude al momento en que se produce el despertar sexual de una jovencita. ES evidente que el relato pretende generar ese tipo de controversias. Supongo que a mi lista personal de efectos buscados al escribir un texto -sorprender, intrigar, conmover o simplemente entretener, que también me parece válido- debo agregar el efecto de incomodar al lector. Quintana fue, sin duda, exitosa en este último.

Luego pasamos a escuchar los textos escritos por algunos de nuestros compañeros. El primero fue un relato titulado "Viaje a Tailandia" que narra la historia de una mujer, que, enferma por los celos, le quita la vida a su esposo. El texto generó algunas dudas sobre la motivación que el personaje tenía para cometer un asesinato y se cuestionó si había suficiente material en el relato para sostener ese desenlace trágico. Además, surgió un punto interesante: el tiempo de la narración. Es decir, se entiende que un personaje que ha muerto no puede contar su historia por el mismo hecho de estar muerto, a no ser, claro está, que sea un fantasma el que narre la historia con lo cual se corre el riesgo de caer en la inverosimilitud. En todo caso, sería mucho más difícil alcanzar la verosimilitud si la narración la hace un fantasma, al menos, por supuesto, que el escritor sea del calibre de Rulfo. En el caso específico del relato de nuestra compañera, el tono de la narración debería ser acorde con el estado mental de alguien que acaba de asesinar a su cónyuge y que está considerando suicidarse.

El siguiente texto leído contaba la historia de una joven madre, la cual, mientras esperaba abordar un avión en un aeropuerto, se encuentra en una situación curiosa: una monja se le acerca y, sin preámbulos, le pregunta cuál es su anhelo más grande. La joven responde a la pregunta diciendo que no hay nada que desee o sueñe. Uno de los compañeros señala que ante esa pregunta proveniente de un extraño, uno tendería más bien a cuestionar al interlocutor antes que darle una respuesta. Aquí el texto se remonta en un extenso flashback que cuenta la vida de la joven desde que era niña hasta que terminó la escuela. Luego, la historia regresa a la sala de espera del aeropuerto para contarnos la razón detrás de la pregunta que hizo la monja. Resulta que la monja estaba acompañada de un señor muy rico, quien había decidido hacer realidad el sueño de algún desconocido que estuviese ese día en el aeropuerto. Los comentarios por parte de los compañeros del taller de nuevo apuntaron a la inverosimilitud de tal situación y de cómo un hecho sucedido en la vida real puede ser increíble en un relato, a menos que se cree un ambiente apropiado, al igual que el uso de un lenguaje y un tono acorde con lo que se quiere contar.

Seguidamente, Juan Miranda nos leyó su texto “El último billete del Caney”. Este relato nos cuenta la historia de un vendedor de lotería. Su problema es que vende la fracción del billete que le había regalado un hombre poderoso de un pueblo. El hombre poderoso, al enterarse que El Caney, apodo del vendedor, ha vendido la fracción “de la suerte”, se indigna tanto que hasta lo amenaza de muerte. De nuevo se comentó la verosimilitud en cuanto a si era justificada la ira o la violencia expresada por el hombre poderoso. Hubo opiniones encontradas al respecto. Para algunos el contexto estaba dado para tal suposición, es decir, parece plausible que, en un pueblo olvidado, quizás hace algunos años, un hacendado, escoltado por hombres armados con escopetas, lance una sentencia a una persona a quien él considera que lo ha ofendido. Cabe resaltar lo fluido de la narración. A mí me llamó la atención, además, el uso de una voz y tono al inicio del relato que le dan un pie a la historia y justifican al narrador porque nos hace creer que somos el interlocutor a quien se le está respondiendo una pregunta acerca del por qué no se ha vuelto a ver a El Caney por esos lados. Como señaló el profesor Silvera, la segunda frase del relato lo dice sutilmente, casi de paso: …la última vez que se le vio por allá…

La última lectura correspondió a un texto ligero y ameno titulado “Los profanadores”. Este relato cuenta cómo dos profanadores de tumbas ingresan a una cripta en busca de la llave que uno de sus antiguos socios decidió llevarse consigo a la tumba. Uno de los profanadores termina aplastado por el cuerpo inerte del muerto, mientras que el otro es asesinado por el cadáver, quien volvió a la vida súbita y temporalmente. El texto suscitó risas y bromas fraternales, el efecto deseado por nuestro compañero, quien admitió que buscaba relajarse un poco y escribir algo sin serias pretensiones literarias.

En resumen, supongo que, tal y como lo dijo GGM (creo), se trata de lograr que lo increíble parezca real y lo real, inverosímil. Por lo tanto, si queremos que alguien “se coma el cuento” que escribimos, por así decirlo, quizás haríamos bien en evitar lo siguiente:

• Una narración que no se puede justificar o no tenga punto de partida
• Un ambiente descrito de tal forma que lo que ahí sucede no sea, al menos, plausible o, mejor aún, inevitable
• Un personaje-narrador que utiliza un lenguaje no acorde a sus circunstancias de vida (profesión, educación, etc.)
• Un tono melodramático o que nuestro narrador se involucre con lo que le sucede a los personajes a no ser, desde luego, que sea narrador-personaje
• Un final que pueda leerse como una advertencia, lección o moraleja, a no ser que pensemos escribir una fábula o un cuento para niños
• Asumir que solamente porque algo nos haya sucedido o nos conste que le sucedió a alguien en alguna parte, ese algo sea creíble

Concluimos la sesión con una rifa ofrecida por Juan Francisco Miranda. Como casi siempre me sucede, no gané el premio, que en este caso se trataba del más reciente libro de la Fundación La Cueva. Quedé, entonces, pendiente de comprarlo. Igualmente quedé pendiente de hacer esta bitácora, la cual finalmente estoy entregando con demasiados días de retraso, por lo que me disculpo. Hasta la próxima.

jueves, 23 de agosto de 2012

SIN NUESTRO DIRECTOR


Por Juan Miranda Marañón

Bitácora de la sesión de agosto 18

Los integrantes del taller recibimos ayer vía internet un mensaje de nuestro director, Antonio Silvera, en el que nos informaba que estaría en la ciudad de Valledupar atendiendo un compromiso literario; por lo que nos pedía asistir y entre nosotros mismos (sus discípulos) realizar el taller. Asimismo recibimos tres cuentos adjuntos: “Oriane, tía Oriane” de Marvel Moreno, “Un Padre de familia” de Anton Chejov y “Berenice” de Edgar Allan Poe. Textos que serían el tema a desarrollar. De modo que los que asistimos nos fuimos reuniendo en la cafetería con las expectativas ya anunciadas.

A las 2:30 PM, nos encontrábamos reunidos Gloria, Álvaro Alvarado, Domingo y yo. Hasta ese momento teníamos un serio inconveniente: no contábamos con copias de ninguno de los tres cuentos sugeridos por el profe para trabajar.

Faltando 20 minutos para las tres, apareció Mario Linero con las copias respectivas. De una vez fuimos a la biblioteca y sacamos tres juegos de cada cuento.

Mientras esperábamos a que el vigilante nos abriera el salón, se tocó el tema del modo en que un escritor debe leer una obra. Álvaro dijo que un escritor no debe leer como un lector común y corriente, sino con un sentido crítico y de estudio de la obra. Yo le dije mi posición: yo leo por placer, por puro gusto. Él insistió en la suya y yo en la mía. Al final nos pusimos de acuerdo y cada quien se quedó con su punto de vista.

En el momento de entrar al salón, llegaron dos compañeros nuevos: Januario Rodríguez y Jorge Sarmiento, los dos fueron bienvenidos. Nos organizamos en círculo y a varias voces leímos el cuento titulado “Berenice” de Poe. La lectura provocó la participación de los que estábamos presentes. Ante todo enfocados en la personalidad de Egauesimo ¾protagonista y voz narradora del cuento¾ y en el inesperado final del relato.

Luego leímos “Un padre de familia” de Chejov. Acá nos ocupamos más que todo en analizar el machismo y orgullo del padre y la forma sencilla en que Chejov escribe y llega al final. Para terminar hicimos una comparación de los dos cuentos leídos, dos estilos diferentes de narrar y de finalizar un cuento.

El cuento “Oriane, tía Oriane” de Marvel Moreno quedó pendiente. Faltando poco para las seis, dimos por terminada la jornada.

Nos vemos el próximo sábado, esta vez con el profe.

viernes, 10 de agosto de 2012

Entre mundos

Por Domingo Bolívar Peralta

(Sesión del 3 de agosto de 2012)


Una vez más nos encontramos dentro del cubo. Cada vez que trasponemos la puerta nos deslizamos entre mundos que se crean y se destruyen dentro de sí mismos, infinitos dentro de sus propios límites. Esta cita no se cumple por cumplir un compromiso: venimos porque nos da la gana, porque nos gusta hacerlo, explorar esos mundos cuyos tesoros y miserias alimentan nuestros mundos.

El chamán inicia el ritual, siempre informal, y nos entera de recientes logros personales que la concurrencia celebra, aunque signifique, según una decisión que deba tomar, separarse de la tribu durante varias rotaciones sobre su eje. Estamos de acuerdo en que debe elegir lo mejor para el grupo: lo mejor para él; quien regresará eventualmente con más poder para convocar aquellas deidades conocidas y otras aún ignoradas.

Una de nuestras feligresas toma la pipa y en el humo se revela una próxima exposición de sus pinturas en los muros del gran templo que nos acoge. No todo es motivo de alegría: en una nueva bocanada de esta misma mujer, el humo enseña que una miembro de la tribu tiene graves quebrantos de salud. Tanto el chamán como los congregados soplamos al humo aliento vivificante para que nuestra compañera se mejore.

Luego de esto, y para animar la reunión, el ritual continúa con versos del chamán. Hermoso poema suyo, que interpreta luego de abrir en dos uno de esos mundos que carga en su universo.

Comentado el poema, cuatro cómplices de viajes entre mundos leen sus países soñados, muy diferentes cada uno de los otros y en donde se pudo apreciar temor, anhelos, gracejo, decepción, esperanza… tres países utópicos para sus autores y uno que quizá no es el país soñado sino “pesadillado” por su autora.

Tomamos una totuma de yagé que el chamán nos ofreció y el líquido abrió nuestra conciencia. Reflexionamos sobre la importancia de trabajar con ahínco un texto literario, mas lo más importante siempre será la imaginación. Ésta tiene preponderancia sobre las reglas (y las reglas, en muchos casos, son para romperlas). Lo importante es mostrar un trabajo que demuestre arte.

Nuevamente el chamán hace una invocación, a una deidad conocida como Voltaire, y nos conduce a un mundo creado por ese dios. Nos lleva a “El Dorado”, en donde vemos a un personaje de nombre Cándido y a su servidor en un esplendoroso y oculto país andino en el cual sus habitantes son descendientes directos de los Incas, quienes viven aislados gracias a las características del relieve y ubicación de tal lugar. A través de este mundo, el chamán conjura a Voltaire para que nos enseñe a crear mundos a partir de las formas que llenarán el espacio vacío, a construir el paisaje natural, el paisaje urbano, interiores y exteriores de grutas o habitaciones… de la forma en que los personajes interactúan con el lugar.

Finalmente quedamos en volver el próximo sábado. Los que no presentaron su país soñado tienen chance de hacerlo. Abandonamos el cubo mágico para regresar al único mundo que, siendo tal vez el único verdadero, y punto de partida para la creación de los demás, tiene la capacidad de devorar a los demás y de no dejar siquiera rastros de aquellos.

Apunte final: ¿Los jóvenes menores de 30 ó 25 se pusieron de acuerdo para no asistir? ¿Hubo acaso un evento que los raptó?

Cuando lo malo es bueno

Por Domingo Bolívar Peralta

(Sesión del 14 de julio de 2012)

Iniciamos la sesión con la lectura de un texto de Roberto Burgos Cantor que fue publicado por la UIS, encontrando reflexiones sobre el arte de escribir cuentos. Con motivo de este texto se inició una charla en la cual se retomó el asunto de las tradiciones respecto al cuento (Chéjov y Poe). Extraigo los siguientes puntos:

· Para acercar el cuento a la verosimilitud, hacerlo creíble, es necesario recurrir a artificios.

· No es lo mismo un cuento, contado de manera oral a un cuento contado de manera escrita. La oralidad tiene más recursos expresivos que la escritura.

· Contar para que no me mate el sultán. Necesidad de contar y contar para cubrir necesidades.

· Hecho singular: lo ordinariamente extraordinario. Ver lo que no está visto. El hecho singular no sólo es el hecho en sí mismo lo que captará la atención sino que es necesario contarlo bien.

· Las limitaciones temáticas demuestran las limitaciones del ser humano.

Luego de ello, se leyó un fragmento de un cuento del autor que da nombre a nuestro taller, “Con el doctor afuera”. Y, enseguida, Patricia Iriarte leyó un cuento suyo y nos invitó a visitar su blog. Se comentaron tales textos expresando los participantes lo que les gustó de ellos y lo que no.

Entonces llegó, acompañado de la líder del taller infantil de literatura “Caminantes creativos”, que también hace parte de la red RELATA, John Galindo, escritor bumangués, quien nos habló de su trayectoria y leyó poemas de su autoría. Entre poema y poema nos contaba las razones que lo motivaron a escribirlos. Se notaba un poco nervioso, las manos le temblaban, y él mismo lo reconoció al decirlo. Sus poemas tratan temas cotidianos, contemporáneos, llenos de juventud rebelde. Nos invitó a descargar de internet su libro Karaoke Demon (lo que demuestra que para él, más importante que vender su arte es compartirlo).

Se fue Galindo, no sin antes invitarnos a La Cueva, en donde presentaría una investigación titulada "Sexo, poesía y rock and roll. Hacia una poética de la maldad", y seguimos nosotros en nuestro recinto unos minutos más, retomando lo concerniente al cuento como género literario.

Los que no fueron a La Cueva se lo perdieron. La exposición de John Fredy Galindo, a mi parecer, fue sumamente interesante y aportó unos datos importantes.

Tocaré de ella algunos puntos, así:

· Estética del mal, de lo “no bello”.

Sade, Blake, Baudelaire y tanto otros: hacer visible lo que se quiere ocultar. Revelarse contra modelos estéticos impuestos y temas vetados.

· Estética de los excluidos. “Cultura de los de abajo” (Sartre).

· Generación Beat - blues, jazz, rock - hippies.

Nihilismo - existencialismo - socialismo - comunismo.

Cambiar el mundo.

· Arte para el pueblo. Transgresión. Romper el modelo político, cultural, económico, social. Romperse a sí mismo y reinventarse (autodestrucción creadora: Octavio Paz). Insatisfacción: el arte que siempre pregunta por qué. Denunciar la doble moral al exponer sus heces.

· Acción poética: poesía fuera del libro, relacionada con la acción, puesta en escena, performance. Teatralidad poética. Poesía contemporánea.

Escena de Liverpool (Liverpool Scene): John Cooper Clark y otros.

· “Yo es otro y no soy yo.”

· “La libertad se halla del lado del demonio sin saberlo.” William Blake.

Libertad: mal / Sumisión: bien.

· Amor y cráneo.

· An American Prayer: Jim Morrison.

· Poema: Un Poco Menos.

· El Mal: Arthur Rimbaud.

· Poema: Bat Poeme.

· Chicken Town: John Cooper Clark.

· Aullido: Allan Ginsberg.

· Like a Rolling Stones: Bob Dylan.

El mal, interpretado no como lo maligno sino como lo prohibido, lo oculto, lo reprobable desde el punto de vista de una moral pacata. Esta estética del mal no quiere esconder la basura debajo de la fina alfombra, sino que hace como el indigente que busca su alimento de entre la basura. Se ha dicho que el arte es un espejo, a partir de esa premisa estos artistas ponen frente al espejo no sólo sus propios rostros, sino el rostro de toda una sociedad, de esta especie que rehúye ver su verdadero reflejo.

No hay rebeldes sin causa, y El Diablo es prueba de ello.

viernes, 13 de julio de 2012

ESCRIBIR CON LAS TRIPAS

Por Patricia Lemus Guzmán

(Sesión del 7 de julio, visita de Roberto Burgos Cantor)



El reloj se acercaba a las tres de la tarde y la sesión aún no comenzaba formalmente. Algunos se entretenían leyendo y otros, menos juiciosos, hablábamos de todo, como los locos. La espera se hacía larga, así que el director del taller, Antonio Silvera, propuso la lectura del cuento “Aquí donde usted me ve”, del libro Lo Amador y Otros Cuentos. Sólo alcanzamos a leer un pequeño fragmento, cuando su autor, Roberto Burgos Cantor, hizo su aparición vestido de guayabera blanca carnestoléndica. Después de los saludos y de presentar excusas por el retraso, Burgos tomó su lugar al frente de todos, dispuesto a compartir sus anécdotas y experiencias.


¿Quién es Roberto Burgos Cantor? Fue la difícil pregunta que el profesor Silvera escogió para romper el hielo. Burgos supo esquivarla de forma inteligente, diciendo que se escribe en un intento de conocerse a sí mismo, y que el escritor debe ser verdadero y evitar los trucos. Y aunque existe el caso de Borges, que “vive de olvidarse” y es capaz de adoptar con maestría cualquier máscara, Burgos Cantor nos confesó que en ocasiones él se saca las tripas para ponérselas a sus personajes. Dijo además no tener claro el momento en que decidió escribir. En sus inicios, se sentía como un bateador sentado en la banca, esperando su turno, partido tras partido: sabía que tenía muchas cosas por decir, pero no le daban la palabra.

Su primer cuento, “La lechuza dijo el réquiem”, publicado en la revista Letras Nacionales, cuando era apenas un adolescente, surgió de una anécdota contada por un pariente, y a partir de ese momento empieza a entender que los relatos escritos nunca son iguales a los orales. Esta primera publicación significó para él, un compromiso más que una satisfacción, ya que la pregunta: “¿qué estás escribiendo ahora?”, se tornó habitual entre sus conocidos. Burgos dijo haber caído en la tentación de los concursos y aunque ganó algunos, siempre tuvo claro que lo más importante es la literatura y no las tertulias, charlas y entrevistas que rodean la vida de un escritor. Se debe escribir sin estar pendientes de quien nos lee o de si somos reconocidos o no. Precisamente, la razón principal por la que decidió radicarse en Bogotá, es que la capital le brinda el aislamiento necesario para dedicarse a escribir. En Cartagena, su ciudad natal, rodeado de amigos y familiares, esto no le sería posible; y aunque, como anotó Patricia Iriarte, éste es tal vez un precio muy alto para un escritor caribe, Burgos Cantor dijo que no se regresaría para Cartagena, ya que entonces “no sabría qué hacer con la nostalgia”.

Fue una tarde llena de historias y hubo muchas preguntas: de poesía, política, construcción de personajes y hasta de polvos. Estas son algunas de las enseñanzas que nos dejó Roberto Burgos Cantor:

• En ocasiones, se necesita una explosión para comenzar a escribir: una alegría o una tristeza profunda.
• Un escritor lee diferente a un lector común. El escritor busca en los libros a sus parientes, pero no debe casarse con ninguno de ellos.
• No todos los temas son para todos. Cada escritor debe encontrar los propios.
• Hay que tener cuidado en utilizar ciertos adjetivos que ya “pertenecen” a algunos autores.
• La libertad del escritor es fundamental. Aunque como personas podemos tener ideologías religiosas y políticas, éstas no deben contaminar nuestra escritura.
• El silencio no es una omisión, es otra manera de decir.
• Las cuatro características que debe tener un buen cuento son: singularidad, intensidad, verosimilitud y atmósfera.
• La poesía rompe la rigidez de la prosa. En una narración, la poesía es por lo general, esa parte que la hace memorable.

Cuando faltaba poco para terminar la sesión, Adolfo y Gloria no se aguantaron las ganas de leerle sus textos al escritor Roberto Burgos, quien los escuchó con atención y les hizo sus acertados comentarios.

Al final hubo firmas de libros, la rifa de un ejemplar de Lo Amador y Otros Cuentos, que ganó Daniel, el merecido aplauso de agradecimiento y, por supuesto, nuestra fotógrafa de cabecera, María Margarita, se dio gusto con su Kodak.


viernes, 6 de julio de 2012

De sueños, poemas y cuentos

Bitácora del sábado 30 de Junio
Por Isabel Cristina Acuña

Después de un puente festivo pasado por playa, brisa y mar, al calor de las conversaciones de queridos amigos, me dispongo a relatar lo sucedido el sábado en el taller.

El profesor Silvera nos presentó el libro Un País que Sonha (cien años de poesía colombiana) que contiene cuatro de sus poemas. El libro cuenta con selección y prólogo de Lauren Mendinueta y traducción al portugués por Nuno Judice, con una hermosa heliconia como portada.

Después de leer el poema “Tabaquería” de Fernando Pessoa, del libro Todos os sonhos do mundo, antología bilingüe integrada por textos de este extraordinario poeta portugués y del colombiano Porfirio Barba Jacob, de reciente aparición en Portugal y Colombia, junto con el mencionado Un pais que sonha, se habló de la selección de cuentos y poemas que irán al concurso anual de relata.

Javier San Juan leyó un cuento llamado “Mi Cielo Personal” al que los compañeros aconsejaron trabajar más, pues la idea planteada era muy interesante.

María Zambrano leyó el cuento “Qué sabremos”. Daniel Carbonell leyó el poema “Vámonos al Parque”. Viviana Vanegas leyó el cuento “Las cosas no siempre salen como uno quiere” y Mayra leyó una poseía sin título sobre la mujer.

En la competencia entraron además los poemas: “Separación de bienes” de Patricia Lemus; “Y sin embargo” de Patricia Iriarte. Se leyeron de nuevo los textos “Anillos y cadenas”, de mi autoría y “Un par de huevos”, de Claudia Lama. La pugna estuvo reñida entre los mejores relatos y poemas. Empataron los poemas “Vámonos al parque” y “Separación de bienes”. Los cuentos finalistas fueron “Un par de huevos” y “Las cosas no salen siempre como uno quiere”. El profesor Silvera tomará la decisión final.

Al poco rato de la selección, Adolfo leyó el cuento “El cielo escarlata”, un relato fantástico muy bien elaborado. Estos días, ayer para ser más exacta, esperando turno en una entidad para que me atendieran lo encontré en mi bolso y volví a degustarlo. Está muy bien escrito, con un lenguaje impecable y bien manejado.

Patricia Iriarte leyó al final un hermoso relato llamado “La máquina de hacer helados”, el texto es muy delicado con unas descripciones muy bellas.

Nos vemos el viernes en la charla de Roberto Burgos Cantor.

martes, 3 de julio de 2012

Nos visita Roberto Burgos Cantor


Esta semana contaremos con la visita de Roberto Burgos Cantor, como escritor asociado de la Red Relata.

El viernes 6 de Julio estará visitando el taller Maskeletras de 2:00 a 5:00 P.M. Y el mismo día ofrecerá una charla abierta al público sobre "La vocación del escritor", en la sala múltiple del Teatro Amira de la Rosa a las 6:30 P.M.

El sábado 7 de julio nos acompañará en la sesión habitual del Taller José Félix Fuenmayor de 2:00 a 6:00 P.M.

El escritor Roberto Burgos Cantor, nacido el 4 de Mayo de 1948 en la ciudad de Cartagena. Es autor de las novelas: El patio de los vientos perdidos, El vuelo de la paloma, Pavana del ángel, La ceiba de la memoria y Ese silencio. Además, las colecciones de cuentos: De gozos y desvelos, Quiero es cantar, Juegos de niños, Una siempre es la misma y Lo Amador y otros cuentos. Sus obras se caracterizan por la originalidad de las estructuras, en la narración y la búsqueda constante del amor.

viernes, 29 de junio de 2012

LECTURAS PARA TODOS

Por Domingo Bolívar

(Bitácora del 25 de junio de 2012)

Me sorprendió verlos organizados en círculo, atentos todos a la lectura que hacía un compañero. Antes de sentarme me serví un vaso de café (pensé que tendría que exprimirle las últimas gotas al termo, dado el número de compañeros que había en el recinto, pero al sentir su peso supe que podía excederme un poco en la dosis) y luego, ya acomodado, entré en la dinámica de esta sesión.

Se leía un cuento de Roberto Burgos Cantor, “Entre golpes”, cuya temática trata de la trampa de la fama cuando no se está preparado para recibirla, de la facilidad con que un ser humano es convertido en mercancía. Pambelé, un personaje perfecto para tal propósito.

La lectura de este texto se hizo entre todos los asistentes, cuya extensión dio para dos vueltas. En el transcurso de la lectura fueron llegando más talleristas, quienes se sumaron a la actividad. Al terminar de leer el cuento, y como es habitual al terminar de leerse una obra, se expresaron diversas reflexiones acerca del contenido y la forma de la misma. Causaron gran interés los giros del lenguaje utilizado por el autor; así mismo se comentó acerca de los datos históricos y los cambios de narrador.

Procedimos luego a leer nuestros textos con el objeto de participar en el concurso de la Red Nacional de Talleres Literarios RELATA. Casi todos los asistentes presentaron al menos un trabajo, ya fueran cuentos o poemas. Se comentó cada texto leído y se acordó dejar la elección de los dos que representarían al Taller Literario "José Félix Fuenmayor" para el próximo sábado, junto con el gran ausente de esta sesión: Antonio Silvera, a quien le enviaríamos los trabajos por correo electrónico.

Quedé al final, cuando todos nos fuimos, con la sensación de que la anarquía, bien entendida, es posible.

viernes, 15 de junio de 2012

El sábado por la tarde…


(Bitácora de la sesión del 9 de Junio)
Por Johnny Campo


Desde un pupitre escolar, el profesor Antonio hablaba con tono sereno y ritmo pausado. Sentados frente al profesor, también en pupitres, había una veintena de adultos de todas las edades, los integrantes del taller.

El profesor Antonio empezó la sesión hablando sobre la obra del escritor Roberto Burgos Cantor y anunció que éste visitará el taller el próximo seis y siete de julio. Según las palabras del profesor, Burgos Cantor es uno de los “tres grandes novelistas del Caribe” junto con Gabriel García Márquez y Ramón Illán Bacca. El profesor listó varias obras del escritor y entre ellas destacó La Ceiba de la Memoria. Uno de los integrantes del taller recordó el apunte que un escritor hizo en cierta ocasión sobre dicha obra: los mejores polvos de la literatura colombiana están en La Ceiba…

A continuación, el profesor Antonio leyó apartes del cuento Usted dice que… y Una Siempre es la Misma. Después compartió que le parece curioso como algunos cuentos de Burgos Cantor tienen subdivisiones o capítulos y que otros están titulados al estilo de Raymond Carver. Un integrante resaltó que los cuentos de Burgos Cantor suelen contar más de una historia.

Cuando acabó la charla sobre la obra de Burgos Cantor, el profesor Antonio preguntó si algún integrante quería leer o el ejercicio que se había propuesto para esa sesión o un texto de su autoría. Adolfo, Patricia, Viviana, Domingo, Isabel y Patricia Lemus se ofrecieron.

Adolfo fue el primero. Leyó un relato titulado Los Caminantes y nos confesó que está considerando participar en el concurso de El Túnel con dicho texto. Patricia fue la siguiente. Leyó un relato sobre un monje adultero, su versión del ejercicio. Viviana leyó después un cuento titulado Rómulo el Penitente. Domingo también leyó su versión del ejercicio y causó revuelo entre algunos integrantes por haber escogido como narrador a una virgen María indignada y vengativa. Isabel leyó El Monje Enamorado, un relato con una escena erótica que sonrojó a más de uno. El último turno fue para Patricia Lemus quien leyó Separación de Bienes, un poema que fue bien recibido por todos en el salón. Durante cada lectura, el profesor Antonio escuchaba atentamente, tomaba apuntes en una hoja blanca y daba uno que otro comentario, siempre positivo.

Dieron las seis y los integrantes empezaron a marcharse. El salón se fue vaciando poco a poco. Mientras eso pasaba, el profesor Antonio siguió sentado en el pupitre. Desde su puesto respondió algunas preguntas sobre convocatorias a concursos de cuento y de poesía. Sólo se levantó del pupitre cuando quedaban tres o cuatro personas en el salón.