jueves, 20 de septiembre de 2012

DIÁLOGOS CON PILAR

Visita de Pilar Quintana
(Bitácora del sábado 15 de septiembre de 2012)
Por Claudia Lama A.



Sábado 15 de septiembre: decía mi horóscopo: “Conocerá personas interesantes y talentosas que le estimularán mentalmente. Favorable, en general, para estudio y educación. Se aplicará con seriedad”.  Y yo que leo los horóscopos, pero no les creo, me sorprendí.

¿Qiuén no quiere conocer a una mujer que un buen día decidió dejar atrás las comodidades de la ciudad para irse a vivir a la selva? Habrá quién no. A mí me intriga más esa decisión de Pilar Quintana, la historia detrás de una decisión semejante, que su obra literaria, lo confieso, que no conozco. ¿Cómo es una persona así? ¿Alguien como Buda o Jesucristo? ¿Viste con ropa extraña? ¿Come sólo vegetales crudos y tiene una parla obsesa con la Pachamama? No a todas las preguntas. Pilar Quintana es simplemente Pilar Quintana, un ser humano más complejo que un nombre, un oficio y la decisión de vivir en la selva; pero que llegó, al menos fue mi impresión, sin ninguna máscara a compartirnos parte de su experiencia como escritora. Y eso se agradece.
Pilar Quintana es menudita, pero su energía, su vitalidad, es enorme. Nos puso a trabajar a mil y sin darnos cuenta de la velocidad, un arte sin duda. Fue provechoso cada segundo de las cuatro horas disponibles para la sesión, en su mayor parte dedicada al diálogo.

La primera instrucción de Pilar Quintana fue acerca de la manera correcta de presentar nuestros escritos y diálogos:


·         Letra Times New Roman o Calibri, tamaño 12, a doble espacio.
·         La primera línea de un texto nunca va con sangría, pero a partir del segundo párrafo, las primeras líneas siempre van con sangría.
·         Existe el Guión y la Raya. Para los diálogos se utiliza la Raya (2014 alt X, según Antonio García quien visitó anteriormente nuestro taller en calidad de escritor asociado).
·         Ejemplo de diálogo:

—¿Cuándo vienes?

—Creo que el martes.

—¿Me lo prometes? —preguntó ella. 

—No puedo —respondió él—, no depende de mí.

—¿De quién depende? —preguntó ella.

—De mis jefes —dijo él—. Son ellos los que deciden.

—Son unos imbéciles. —Se levantó furiosa.

—Cálmate, por favor —Trató de tranquilizarla—. No te pongas así.

En este ejemplo notar que:

·         Cada línea de diálogo va en un nuevo párrafo
·         Si el verbo que sigue a la Raya es verbo del habla, empieza con minúscula, de lo contrario con mayúscula
·         El signo de puntuación precede a la Raya en una línea de diálogo si el personaje sigue hablando, como en: —De mis jefes —dijo él—. Son ellos los que deciden. Lo antecede si el personaje no sigue hablando: —Son unos imbéciles. —Se levantó furiosa.
·         El correcto uso de la Raya se puede consultar aquí


En consecuencia de lo anteriormente aprendido, el primer ejercicio de la sesión fue acotar formalmente los diálogos de un extracto de La caverna de José Saramago. El resultado del ejercicio  se puede descargar en este enlace.

La sesión continuó con la revisión de los cuentos enviados con anterioridad a Pilar. Rápidamente repasó los comentarios hechos a los cuentos y proyectados en el Video Beam, dirigiéndose en particular a cada uno de los autores presentes.

La sesión continuó con la lectura de “El diálogo no es una conversación”, extractos del libro “El guión” de Robert McKee. A partir de esta lectura extrajimos entre todos un decálogo del diálogo:

1.       El diálogo debe decir lo máximo con el menor número de palabras
2.       Debe llevarnos en una dirección
3.       Debe tener un  objetivo
4.       El lenguaje debe ser natural, adecuado a los personajes
5.       Frases cortas y de construcción sencilla
6.       Los diálogos no exigen frases completas. Pueden ser elípticos.
7.       Leer en voz alta los diálogos luego de escribirlos. Oírlos y ajustarlos al lenguaje verbal
8.       Evitar la retórica
9.       Fragmentar la conversación. Evitar el monólogo. Incluir pausas narrativas, pausas de silencio donde el personaje hace otra cosa.
10.   Sólo usar el diálogo cuando es absolutamente necesario, cuando no hay otra opción.


Al terminar el decálogo un compañero comenzó a dar ejemplos de textos en donde no se cumple a cabalidad este decálogo. La respuesta de Pilar Quintana fue tajante: primero hay que conocer las reglas para poder romperlas.

La sesión terminó con el ejercicio de identificar en el argumento de “Ladrón de sábado”, extracto de Cómo se cuenta un cuento, Taller de guión de Gabriel García Márquez; los episodios de la trama en los que es absolutamente necesario incluir un diálogo. Identificamos 6 momentos en la historia y a continuación nos dividimos en grupos para escribir los diálogos que luego serían escuchados por todos y comentados por Pilar.

Fue una sesión dinámica y divertida.  Además de todo lo anterior, aprendí que lo más importante de un texto literario es la historia que cuenta, sin ser menos importante la forma como se la cuenta. Y para eso estamos en el taller, para aprender a contar nuestras historias o las que nos obsesionan, que pueden ser tan fascinantes como el momento en el que una mujer decide irse a vivir a la selva o tan en apariencia simples como la de una mujer que va a comprar un par de huevos a la tienda.

Y tú, ¿qué más aprendiste?

2 comentarios:

Isabel dijo...

Muy buena bitácora. La visita de Pilar estuvo increíble.

Matilde de Robayo dijo...

Gracias Claudia, aprendí que un miembro del Taller tiene la capacidad, como la tienes tu, de hacernos vivir la experiencia de tan deliciosa visita, a quienes fisicamente estuvimos impedidos para asistir. Claro que sigue viva la consigna: Quien lo vive es quien lo goza. Gracias Claudia