(Sesión del 4 de julio)
Elaborada por Mayra Mola Bandera
Tema: Construcción de personajes
Elaborada por Mayra Mola Bandera
Tema: Construcción de personajes
Como conclusión anticipada podría decirse que fue una tarde productiva. Se dedico casi en su totalidad a la lectura de los textos y a los comentarios sobre los mismos, de parte de los talleristas. En esta ocasión, el profesor Silvera había sugerido la elaboración de semblanzas para fortalecer la construcción de personajes. El personaje de cada cual debía ser preferiblemente un ser querido o un allegado. Todo esto a partir de un capítulo de la recopilación El libro de las celebraciones, en la que el escritor Juan Manuel Roca describe la genialidad de Alejandro Obregón, cuando se encontrara con él en Cartagena de Indias.
El resultado de este ejercicio se reflejó de buena forma en los escritos de Adela Renowiztky, Patricia Lemus, la autora de estas líneas, Fanny Martínez, Rosa Peñaranda y Luis Mallarino.
El primero, de Adela, titulado “Campanas de boda para Beatriz”, fue un texto de mediana extensión en el que, antes de presentar al personaje principal en situaciones concretas, se le dio una descripción psicológica y unos datos biográficos que, si bien intentaban abarcar su tiempo pasado, presente y futuro, según los asistentes, opacaban el carácter y la participación de este en al historia, a tal punto que al final no se supo si era real o no.
Luego de dichos comentarios, vino la intervención de Patricia, con una semblanza sobre su señora madre. Los comentarios le favorecieron. Se habló de la limpieza y sencillez del texto, que, objetivo y claro, nos dejó una imagen agradable de la mujer. A muchos les llegó una sensación de familiaridad con el personaje, lo que permitió concluir que estaba vivo dentro del escrito.
Enseguida, vino mi turno: “Como Anillo al dedo”, fue el texto que leí. Una vivencia personal relativa a una estafa que, según algunas opiniones, parecía más bien la semblanza de un grupo que de la persona que quise presentar, es decir, del señor Anillo. Otros, por el contrario, encontraron en la actuación de los demás personajes de la historia la oportunidad de conocer más al protagonista. Al final, les pareció que la historia, entre jocosa, irónica y sórdida, podría funcionar como cuento.
Durante un momento se escucharon las presentaciones de dos asistentes nuevos que prometieron constancia. El primero José Zapata, estudiante de la universidad Javeriana en estudios literarios. Luego Luz Ángela, estudiante de teatro y para quien la creación de un personaje es un proceso amplio y concienzudo que abarca las reacciones y el pasado de este. Al término de esta intervención, se dio el texto de Fanny Martínez que, al principio, advirtió que no había entendido el ejercicio y que por esto era probable que no se amoldara al los requisitos. Era, en efecto, más bien una biografía demasiado enciclopédica del político Evaristo Sourdis, llena de datos del personaje pero que nunca mostró su carácter propiamente dicho.
Después de un breve espacio de charla entre todos, se le dio paso a la lectura de la tallerista Rosa Peñaranda, con su texto “Delfina Cassiani”, nombre de una amiga de infancia que conoció en el barrio Abajo de Barranquilla. Se trataba de una niña trabajadora y su lectura suscitó un silencio espeso en el auditorio, acostumbrado a escuchar de ella normalmente historias de humor. El escrito, conmovedor y vivo en general, se mostró en realidad como el de corte más clásico en términos de semblanza.
Por último, Luis Mallarino presentó su texto, llamado “Lenis”, un conjunto de originalidad y buen uso del idioma. Trató sobre una mujer que encontraba placer, no en escribir, sino en borrar. Una semblanza que según las opiniones estuvo llena de genialidad, por ser, entre otras cosas, una especie de símil entre la vida como trabajador del ser humano y la de Lenis.
Al final se leyó un cuento extraído del libro Dublineses, llamado “Eveline”, pero, a falta de tiempo, no se hicieron muchos comentarios. La tarea sigue siendo la creación de personajes a partir de hechos, según una de las máximas adoptada por el taller: “no decir sino mostrar”.
El resultado de este ejercicio se reflejó de buena forma en los escritos de Adela Renowiztky, Patricia Lemus, la autora de estas líneas, Fanny Martínez, Rosa Peñaranda y Luis Mallarino.
El primero, de Adela, titulado “Campanas de boda para Beatriz”, fue un texto de mediana extensión en el que, antes de presentar al personaje principal en situaciones concretas, se le dio una descripción psicológica y unos datos biográficos que, si bien intentaban abarcar su tiempo pasado, presente y futuro, según los asistentes, opacaban el carácter y la participación de este en al historia, a tal punto que al final no se supo si era real o no.
Luego de dichos comentarios, vino la intervención de Patricia, con una semblanza sobre su señora madre. Los comentarios le favorecieron. Se habló de la limpieza y sencillez del texto, que, objetivo y claro, nos dejó una imagen agradable de la mujer. A muchos les llegó una sensación de familiaridad con el personaje, lo que permitió concluir que estaba vivo dentro del escrito.
Enseguida, vino mi turno: “Como Anillo al dedo”, fue el texto que leí. Una vivencia personal relativa a una estafa que, según algunas opiniones, parecía más bien la semblanza de un grupo que de la persona que quise presentar, es decir, del señor Anillo. Otros, por el contrario, encontraron en la actuación de los demás personajes de la historia la oportunidad de conocer más al protagonista. Al final, les pareció que la historia, entre jocosa, irónica y sórdida, podría funcionar como cuento.
Durante un momento se escucharon las presentaciones de dos asistentes nuevos que prometieron constancia. El primero José Zapata, estudiante de la universidad Javeriana en estudios literarios. Luego Luz Ángela, estudiante de teatro y para quien la creación de un personaje es un proceso amplio y concienzudo que abarca las reacciones y el pasado de este. Al término de esta intervención, se dio el texto de Fanny Martínez que, al principio, advirtió que no había entendido el ejercicio y que por esto era probable que no se amoldara al los requisitos. Era, en efecto, más bien una biografía demasiado enciclopédica del político Evaristo Sourdis, llena de datos del personaje pero que nunca mostró su carácter propiamente dicho.
Después de un breve espacio de charla entre todos, se le dio paso a la lectura de la tallerista Rosa Peñaranda, con su texto “Delfina Cassiani”, nombre de una amiga de infancia que conoció en el barrio Abajo de Barranquilla. Se trataba de una niña trabajadora y su lectura suscitó un silencio espeso en el auditorio, acostumbrado a escuchar de ella normalmente historias de humor. El escrito, conmovedor y vivo en general, se mostró en realidad como el de corte más clásico en términos de semblanza.
Por último, Luis Mallarino presentó su texto, llamado “Lenis”, un conjunto de originalidad y buen uso del idioma. Trató sobre una mujer que encontraba placer, no en escribir, sino en borrar. Una semblanza que según las opiniones estuvo llena de genialidad, por ser, entre otras cosas, una especie de símil entre la vida como trabajador del ser humano y la de Lenis.
Al final se leyó un cuento extraído del libro Dublineses, llamado “Eveline”, pero, a falta de tiempo, no se hicieron muchos comentarios. La tarea sigue siendo la creación de personajes a partir de hechos, según una de las máximas adoptada por el taller: “no decir sino mostrar”.
0 comentarios:
Publicar un comentario